El bipartidismo tiene sus defensores y detractores. Así, lo primeros argumentan que este sistema político genera una estabilidad al excluir sectores extremistas que podrían alcanzar una representación parlamentaria o presidencial. En cambio, los detractores opinan que el hecho de que excluye a estas minorías es antidemocrático.
Esta situación suele conllevar que esos dos partidos acaparen casi en exclusiva la atención de los medios de informacion y de la opinión pública, pasando el resto de partidos algo desapercibidos de cara al grueso de la población.
Sobre el sistema bipartidista existen grados. Siendo algunos sistemas políticos más bipartidistas que otros. En general la mayor parte de los sistemas lo favorecen en cierta medida aunque algunos están diseñados de forma bipartidista ya de raíz.
En España, desde 1982, los dos partidos políticos que se han repartido el poder son el PP y el PSOE, estando desde entonces siempre uno de ellos ocupando el gobierno (la mayoría de las legislaturas con mayoría absoluta) y el otro como principal partido de la oposición.